El Poder de la Humillación y el Arrepentimiento

Lo único que puede trasformar una nación es un cambio en los corazones de sus habitantes a través de la humillación y el arrepentimiento. Volver el Corazón a Dios trae cambios contundentes en las personas y en la sociedad.

Dios no rechaza un corazón contrito y humillado (Salmos 51: 17)

Uno de los avivamientos más grandes que registra la Escritura surgió en la ciudad de Nínive.

Dios había mandado al profeta Jonás a pregonar su juicio contra aquella ciudad, el cual consistía en destruirla por completo. Era evidente que la MALDAD y el PECADO se habían aumentado en gran manera; por lo cual fue una tarea a la que el profeta se negó a realizar y huyó a Tarsis, tomando otra dirección tratando de escapar del mandato de Dios. (Después de todo la voluntad del Señor siempre se cumplirá)

Eventualmente Jonás obedece el llamado de Dios (Luego de pasar por circunstancias dramáticas) y predica contra aquella ciudad, y el resultado fue impresionante… todos, desde los más pequeños hasta los más grandes, se humillaron y se volvieron a Dios de todo corazón en arrepentimiento y Él les perdonó; no destruyó la tierra. (Jonás 3)

¡El poder de la humillación es impresionante!

Dios tiene la autoridad y poder para trasformar nuestra nación. ¡Nosotros sabemos el camino!

Miguel A. Medina

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No calles lo que Dios hizo en tu vida